EL VALOR DEL CINTURÓN NEGRO, LA RECOMPENSA AL ESFUERZO.

Aqui me encuentro en un café cualquiera, presto a marchar hacia la capital de la mal llamada "madre patria" para acompañar a mi amigo y hermano de kung fu Israel (Neoorion para los ciber-amigos) a examinarse de una faja muy mitificada pero plena de esfuerzo en cada arista marcial que la recibe con trabajo, honor y humildad. Y creo que este será el caso.
Llegado a este punto en el que apuro el ultimo sorbo de un café aguado es cuando decido arrancar estas letras de mi pensamiento viajado al pasado. El recuerdo de mis comienzos en este digno arte que es el Choy Lee Fut -Kung Fu- todavia se encuentra fresco en mi, y reubicarme con alegria y, porque no, un poquito de nostalgia en nuestro primer kung (trabajo, obra a realizar) me lleva a honrar al Neo en esta columna.
Un tipo autentico en todos los sentidos. Reservado pero a la vez cercano, responsable de sus actos y de sus formas, soñador realista, amigo dentro y fuera de "la cancha" (siempre ahí por si acaso)......pero quizá lo que más me desconcierta de él es su sorprendente madurez para la edad que tiene.
Compartimos muchas expectativas de presente tales como el avanzar un pasito más cada dia en nuestro kung Fu, ser incorformistas con la vida y exigirle pequeñas alegrías, procurar respetar a nuestro maestro por encima de todo y dejarnos llevar por el perfume marcial del traje negro y cuello Mao.
Nuestra amistad se ha ido forjando con el paso de los segundos desde hace ya casi una decada, despacio pero firme. Respetando nuestros espacios y nuestra diferente vida pero apoyandonos y en cada etapa que nos ha tocado vivir.
El jueves cuando salíamos de entrenar le pregunté: "Que tal?? Nervioso por el examen??". Él, sin fruncir el ceño me responde "Pues no mucho, la verdad". En medio de la calle empezamos a hablar sobre la repercusión de este faja en nosotros. Un sí pero no, me explico; Por una parte es solo un pequeño paso más. Como diría mi maestro "Solo nos diferenciariamos en que habríamos practicado un día mas, solo eso". Al dia siguientes vuelves a entrenar, con el mismo respeto, humildad y siendo el mismo compañero que ayer. Pero por otra parte, nos hace una gran ilusión. La culminación simbólica de un trabajo, duro a veces, llevadero otras pero constante siempre dentro de nosotros se reencarna en un trozo de tela. Curioso, no creeis?.
Y creo que esa dicotomía provoca que desde que entreno con Sifu Molina, mis actos diarios van impregandose poco a poco de la ética Marcial-Budista con mayor o menor exito. Pero siempre presente al menos en una pequeñita dosis.
Ahora que llevamos años de practica aprendemos a darnos cuenta de lo poquisimo que sabemos, pero al igual que un gran libro, te alegras de que todavia queden muchas muchas paginas por degustar. El camino es lo importante, no creeis.
En fin lectores, como me suele pasar me salgo de la delgada línea que había trazado y divago demasiado. Mi deseo desde aqui es agradecer a Israel el haber enseñado y apoyado a todos los compañeros en cada momento, en particular al aqui escribiente.
Que sirvan tambien estas lineas como homenaje antes de traerse esa faja negra que lucirá cada vez que volvamos a entrenar, solo como él sabe. Porque será suya, será el simbolo de su esfuerzo y como todos las almas del universo, será unica y extraordinaria.

Xíe xíe, Neo